EL AUTOR DE ESTA ENTREVISTA (EFECTUADA
EN AGOSTO DE 2011) ES UN RECONOCIDO PERIODISTA DE LA PROVINCIA DE SANTIAGO DE CUBA. HACE
UNOS DÍAS LA ENCONTRÉ EN
MI NAVEGACIÓN POR LA RED Y HOY, CON LÓGICAS CORRECCIONES DE ACTUALIDAD, COMPARTO
CON LOS LECTORES DE FABREMANÍA.COM
Por:
Miguel Ángel Gaínza Chacón.
Admirado
por millones en Cuba
y en muchos países, Cándido Fabré Fabré, es un icono de la música popular bailable. Y
más: simboliza el ejemplo de esfuerzo personal.
En
una de las calurosas tardes de verano me recibió en la modesta vivienda de San
Luis, poblado santiaguero de donde es oriundo el conocido como Rey de la Improvisación. Las
hermanas se encargan del café; él, se dispone a responder, custodiado por el
hermano con discapacidad.
El 20 de septiembre es tu cumpleaños
Ya
voy a cumplir 52 'abriles' (la entrevista corresponde al año 2011, hoy Fabré
tiene 55 años). Nací en La
Guadalupe, una finca de San Luis, y cuando digo La Guadalupe lo digo con
muchísimo orgullo, porque hay mucha gente que no imagina de dónde proviene
Cándido. Pero para mí ese lugar es algo extremadamente importante, porque me
remonta a aquellos años de mi niñez. Y me trae recuerdos de tantas cosas lindas:
andar correteando por ahí, en el patio de la casa o por el camino a casa de mis
tías.
¿De dónde te viene
esa fertilidad en la improvisación?
Soy un creador y ese caudal basado en lo popular y en mis vivencias, me ha
permitido acumular más de 2 000 canciones, hacer los textos y la música. Yo no
trato de forzar los temas ni nada, de modo que las ideas y las inspiraciones
surgen espontáneamente, y cuando tengo el mensaje, también me llega la música,
y hasta concibo cómo debe ser el arreglo, cómo debe sonar la orquesta. Y haber
nacido en Cuba, y especialmente en esta región, en esta provincia que sabe Cuba
y el mundo que es muy rica en
creatividad musical, más los grandes antecesores que me han precedido, determinan
lo que he hecho hasta ahora. Soy un hombre orgulloso de haber nacido en San
Luis, aquí en Santiago de Cuba. Y sé que no se puede escribir el cancionero de
la música popular en Cuba
sin decir Santiago,
sin decir San Luis, sin decir Oriente.
En noviembre de 2010 estuviste por los Estados Unidos
Eso
fue un suceso. No solo por el hecho de que la Banda puso de manifiesto su calidad sino que
expresé musicalmente mis creaciones desde los tiempos del combo Samuráis, y
luego la etapa extremadamente exitosa con la Original de Manzanillo. Y
te digo una cosa: no tuve ni que elegir el repertorio, pues la gente me iba
guiando sobre lo que quería escuchar. Y como conocen el repertorio pidieron de
todo: La Guagua
, A la hora que me llamen voy, El sombrero de yarey, Guayabita del Pinar, y
muchos temas nuevos: Deja que Roberto te toque, La Habana quiere guarachar
contigo, El Apagón, María la del barrio, Viriato.
También
soy un hombre bastante atrevido: mayormente en las giras internacionales,
ninguna agrupación cubana va a estrenar temas. Pero yo sí. Yo estrené cosas en
vivo, que la gente las aceptó muy bien. Y aparte de todo esto, tuve
presentaciones en algunos programas televisivos, en los que el encuentro
fundamentalmente con los presentadores, que un poco inculcados por los
periodistas o por los escritores que tienen que dirigir lo que se va tratar
dentro de cada espacio, más que un conflicto político para mí fue una apertura
en la que pude expresarme. Soy un hombre de los que no claudican; soy un hombre
de los que no traicionan su pensamiento, de los que tienen visión, de los que
tienen concepto y convicción sobre las cosas. Y si algo le dio un toque de
consagración a la gira, fueron esos momentos en que pude compartir con toda esa
gente, que por supuesto les agradezco que me dieran la oportunidad de estar en
sus programas. También, por los momentos que compartí con muchos artistas que
fueron a verme y que se comportaron de un modo bien bonito, como Aymée Nuviola,
que aunque esté allá no deja de ser santiaguera, no deja de ser cubana, y con
mucho respeto que se expresó en el periódico, en la TV , en la radio... Alexis
Valdés, aunque en un estribillo le apreté un poco la tuerca. Fueron generosos
conmigo: iban a todos los eventos míos, a verme, porque querían disfrutarme,
querían sentirme en vivo. Pero soy un guerrero y un guerrero de la buena onda;
me gusta el gardeo, me gusta la presión, más cuando estoy en escena y siento
que la gente me aclama, o que tengo ante mí algún cantante, algún artista que
verdaderamente merece que yo le haga frente. A veces la gente dice que Fabré
está faja'o. No es que esté faja'o sino que es ahí cuando mejor es Cándido.
No
puedo olvidar el encuentro con Gilberto Santa Rosa, un hombre que me admira
mucho. Me invitó a Tampa, y dijo allí: 'Aquí tenemos al mejor sonero del mundo
y es cubano'. Nos une la amistad por medio de la música; contacté con Ismael
Miranda, con El Canario, aunque fuese por teléfono; con los cantantes del Gran
Combo, con mucha gente que canta reguetón que querían conocer a Fabré. La gira
por los Estados Unidos fue un acontecimiento, y creo que de no haberse truncado
por el fallecimiento de mi mamá, hubiera sido una de las cosas más grandes que
me han sucedido en mi vida artística. Y ha sido en los Estados Unidos, una de
las cosas más grandes hecha por un cubano que radica en Cuba, de ida y vuelta
como yo.
¿Tocas algún instrumento musical?
No.
Ni guitarra, porque lo que me sé son tres acordes: la, re y mi.
Esos
son para tonadas mexicanas...
Exactamente.
No sé tocar ningún instrumento. No culpo a nadie... quizás al destino o al
propio Cándido. Pero Dios es sabio y grande: A lo mejor dijo: 'Cándido, no
estudies música, no te preocupes por ningún instrumento armónico; no hagas el
intento de saber cuáles son las reglas de la música y menos para la creación'.
Alguien en una ocasión cuando salí de la Original de Manzanillo, me dijo: '¿Cómo te las
vas a arreglar ahora, si tú no sabes música?' Y le respondí: 'Yo no sé música
teóricamente. Pero yo hago la música porque soy creador. Y tengo el orgullo de
que no tengo necesidad de apelar a ningún instrumento para plasmar lo que yo
quiero. Tengo la virtud de orquestar cualquier tipo de música, de ritmo, de
género; armonizo todo tipo de voces, y tengo el privilegio de saber, que ante
grandes músicos pido licencia y he dicho: ponme tú esto en el bajo; hazme tú
esto en el piano; hazme tú esto en los violines... los cantantes hacen esto;
ahora la percusión hace esto, la flauta hace esto. Y no ha sido por un
capricho. Es porque siento que algo me va dictando cómo debe sonar la música.
Creo que de ahí proviene mi sello, mi identidad. Que cuando la gente escucha,
no tiene que preguntar ¿ese quién es? Ese en Cándido Fabré, esa es la orquesta
de Cándido Fabré. Yo he hecho danzón, cha cha chá, bolero, rumba, guaguancó,
balada, cumbia, vallenato, bomba, plena, guaracha, hasta fusión con 'regué',
cuando no estaba de moda la fusión. Yo llevé a la charanga, y me atrevo a
decirlo así, especialmente a la
Original de Manzanillo, algo que era atípico dentro de la
música popular bailable. Todas las charangas en Cuba tenían como patrón a la
gran Orquesta Aragón, y no existe son alguno en ninguna orquestas de esas en
esos años, que te diga: esto es un son y el bajo es cumbia. Yo impuse el tumba´o,
como El Sombrero de Yarey. ¿Por qué? Porque ese tumba´o, que no es síncopa como
en el son, simplemente es como la conga. Pa'meterse en la conga no hay que
saber bailar. Solo es sentirlo y dejar que vuele lo que uno lleva por dentro. Y
Ud. se divierte a su modo. Eso pasa con este tipo de música. Entonces: Quién ha
visto por ahí, mi sobrero de yarey, cunquicú cunqui Quien ha visto cucucunqui
mi sombrero... Entiendes. Y el que no sabe bailar se mueve y se va dejando
arrastrar. Y así he hecho tantos temas con la Banda y he fusionado el cha cha chá con el regue,
porque siempre he dicho que para mí el ritmo más profundo y fuerte de la música
cubana es el cha cha chá. Si Ud. analiza la música de la Década Prodigiosa,
la esencia no es más que cha cha chá. Incluso, el reguetón. Ud. lo analiza, le
quita el ritmo que hace la caja, y eso también tiene muchísima influencia del
cha cha chá. Yo analizo la música, los ritmos. Seguiré creando a mi modo y
felicito a todos los que musicalmente tienen un alto nivel. Saber lo que uno
quiere y lo que uno hace, y no tener que apelar a otro para que plasme en el
papel lo que Ud. ha sido capaz de crear, es la mayor satisfacción. En el combo
Samuráis dictaba lo que yo quería y logramos una sonoridad. En la Original de Manzanillo
tuve la oportunidad de decirle a Pachi, que es un maestro de la orquestación:
Mira, maestro, yo tengo esto, y esto suena así, así, así. En muchos temas yo
puse la esencia y él se encargaba del acabado de la música. Pero cuando el
creador sabe lo que quiere es un gran aliento para el que tiene que hacer la
orquestación. En fin, los instrumentos no los toco pero los llevo por dentro.
No nací con una voz privilegiada como algunos quisieran, pero Dios es tan
grande que a todo el mundo aunque le quita algo le da algo. No me lamento de
que el Señor no me dio la voz que algunos quieren que yo tenga. Simplemente me
dio la que he necesitado para ser Cándido Fabré, que llevo en la escena 33 años
(ya hoy 35), amaneciendo de Carnaval en Carnaval. Y cuando otros no pueden yo
sí. Y sigo pa'lante. Yo tengo guaguancó en que la percusión no toca guaguancó,
pero la esencia está en el canto. Llevé a la música bailable estribillos que
fueron arrolladores en la conga sin tener una conga. Todo el mundo bailó en
Cuba Traigo la última, señores, la última. Eso es una conga y era acompañado
por la Original
de Manzanillo. Quién dice que no hay conga en eso de Recojan los bates, los
bates pa'la batera, Kinde metió jonrón. Yo no sé música pero hago la música.
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La propia palabra improvisar anuncia que
hay un riesgo. ¿Has errado alguna vez sobre el escenario?
Claro
que sí. La improvisación es como tomar un camino que nunca has transitado, que
no conoces, del que no tienes ni idea y que te puede llevar a uno u otro lugar;
que puede tener una salida feliz o una fatal. Se pone de manifiesto la grandeza
de un verdadero improvisador cuando sabe salir del bache; cuando sabe darse
cuenta de que está cometiendo un desliz y que el público no se percate de esto.
Equivocarse es válido en cualquier improvisador, y hasta necesario para uno
poder autovalorarse.
En mi
vida de artista la improvisación nació conmigo. No me he dado a la tarea de
cultivarla. Yo sé que cultivarse vale mucho, que mientras más conocimiento uno
tiene, más información, puede ser más amplia la expresión, tener un verbo más
complejo a la hora de expresarte. Pero creo que en esa complejidad de ser
esclavo de la búsqueda para demostrar mucho conocimiento, corres el riesgo de
llegar al momento en que dejas de ser tú.
Uno
tiene que ser un mundo creativo constantemente, para cuando la gente escuche y
analice lo que improvisaste pueda decir: 'estoy en presencia de una nueva
novela, de un nuevo libro; estoy en presencia de algo que se siente pero que no
se ha dicho, y que a mí me toca, a ti te toca, y que a todo el mundo le toca'.
Me
honra saber que he sido ejemplo para muchos improvisadores en Cuba y en el
mundo. Y no me vanaglorio de esto, pero sí tengo el orgullo de saber que hay
tantos hombres en mi país, fundamentalmente en las orquestas de bailables, no
solo jóvenes sino adultos que no tenían concepto de rima ni de coherencia, y
escuchando el estilo de Cándido han sabido entablar un diálogo ritmático,
musical, sonero con la gente. Y creo que un improvisador es eso: el que
valientemente se enfrenta al público para expresarse, para desbordarse como un
manantial, sin pensar en qué puede fracasar. Lo más importante es decir: voy
pa'lante, voy a decir lo que siento. Y cuando verdaderamente Ud. expresa lo que
siente, puede estar seguro de que va a ser un éxito, porque la gente sabe que
no le están mintiendo.
A su edad, ¿qué es eso de amanecer cantando
sobre una tarima y luego ir para un terreno a jugar béisbol?
Tengo
una alta preparación y desde niño he estado al ritmo de la vida pero también al
ritmo de los ejercicios físicos. No es que esté del todo dedicado a un deporte
específico. Creo que debo darle gracias a Dios que me ha dado fuerza y salud
para mantenerme. Ya llevo 35 años de vida artística, y desde niño he sabido
conjugar el deporte con el arte, y como bien Ud. dice, cuando culmino un
concierto en el que amanecí cantando y que la gente amaneció bailando, saco
cuentas: si me voy a dormir una hora quizás no es suficiente; mejor recojo los
cheles, mi guante, mi bate, mi spike, mi traje, mis cosas de mi pelota que la
gente me está esperando en el terreno, y cuando llego, veo que el equipo rival
está allí para compartir conmigo. Sé que lo hacen porque conocen que para mí la
pelota es algo tan especial y necesario como la música.
Tocar
tres, cuatro, cinco, seis horas, y más sin parar, yo creo que es una bendición
que le agradezco a Dios y se lo agradezco a Sixta que era una mujer incansable,
y según me comentaron, también mi papá Ernesto era un hombre muy luchador. Yo
creo que esa energía parte de uno saberse humilde pero no pobre, porque la
pobreza está en la conciencia de la gente. Humilde soy porque vengo de bien
abajo, pero aprendí a ser fuerte y aprendí a conformarme con poco. Lo que
aparecía supimos aprovecharlo y fue suficiente para nutrirnos y tener esta
energía que me acompaña y que me permite estar en el escenario sin agotarme.
No
emprendo tareas cuando estoy cansado pero me basta con descansar un rato y
enseguida estoy listo pa'la pelea. Así voy a seguir mientras viva y tenga
fuerzas. La gente dice: 'a Fabré le gusta la pelota'. Que me perdonen: yo soy
pelotero.
Nunca, en las conversaciones que hemos
sostenido, has dejado de mencionar varias veces a Sixta
Mamá
es todo para mí. Y cuando lo digo es que porque de ahí para abajo va todo el
mundo: mis hermanos, mis hijos, mi esposa, toda mi familia. Mamá tuvo que hacer
de madre y padre. Yo tuve la fatalidad de no conocer a mi papá. Nunca lo he
visto ni en foto. Y crecí sintiendo la ausencia de un padre. Pero mamá supo
llenar ese gran vacío con tanto amor y trabajando cada día muy duro para
nosotros. Por eso digo que sin mamá no es posible decir nada referente a
Cándido, porque ella me dio energía, me educó como pudo, supo darme ejemplos de
cómo seguir adelante en los momentos bonitos y triunfantes de mi vida. Y
también en los difíciles yo no apelaba a nadie más que a ella. Mis cosas las
consultaba con ella, especialmente cuando tenía que tomar decisiones
trascendentales. A veces me decía: 'espera un poquito'; otras veces se quedaba
así, pensando, y si lo creía necesario me hablaba: 'hazlo como tú quieres, dale
pa'lante y que Dios te bendiga. Tú saliste de aquí solo, pero ahora hay mucha
gente que te quiere y que te apoya'.
En
los momentos tristes de mi vida me reconforta el recuerdo de mamá y vuelvo a
ser feliz. Lo mucho o poco que tuve siempre lo compartí con mamá. Y así son mis
hermanos. Somos una familia grande pero bien unida. Cuando en un Carnaval de
Santiago de Cuba gané mi primer dinero siendo aún menor de edad con 15 años
--me dieron una oportunidad en la orquesta de mi hermano Luis, que Dios lo
tenga en la glorias, que estuvo 30 años en Los Hermanos Salazar- lo primero que
hice con esos 150 pesos, que para mí eran un caudal pues siempre tenía solo 20
centavos, lo primero que hice fue comprarle la cocina que ella quería; y luego
el televisor, y el refrigerador. La canción La mano en el azadón, que grabé con
la Original
de Manzanillo, está inspirada en el trabajo duro que mamá hacia en el campo.
No me
gusta sentir a mamá ausente, porque sé que ella está aquí con nosotros, y soy
un hombre que tiene mucha fe y ella me ha dado muchísima fuerza para seguir
adelante. Ella tenía una luz tan grande... Me pidió que no fuera a los Estados
Unidos y yo... lo pensé muchísimo para ir. No digo que ella se presentía algo,
mas al llamado de una madre uno tiene que ponerle asunto. Y hay quien dice: no
te arrepientas, no te lamentes. Y sí tengo que lamentarme y tengo que decir
'perdóname mamá' y que me duele. Porque logré conquistar aquel escenario pero
no logré retener en vida a mamá. Y mi ausencia yo sé que le hizo bastante
mella, pues vivía muy preocupada por mí al saber que soy un cantor que no se
aguanta la lengua y expreso lo que siento en cualquier país, en cualquier
sistema, en cualquier lugar. Y ella pensaba que me iban a agredir por ser tan
cubano, tan revolucionario, tan representante de los ideales de Fidel (Castro
Ruz), de Raúl (Castro Ruz), y de los hombres como ellos. No pasó eso pero
ocurrió lo peor: perdí físicamente a mamá. Sin embargo, increíblemente ella me
ha duplicado la energía, incluso la voz. Le hice una canción: “No lloro y canto”.
Me salió del corazón, y quien la escucha siente lo que yo estaba sintiendo en
ese momento. No voy con frecuencia al cementerio ni llevo flores; no ando
recordando que murió. Simplemente duermo con unas fotos de ella, y cuando no
encuentro salida a algo consulto con mamá. Y le pido y le pregunto ¿qué hago? Y
siento que ella me aconseja. Por eso le digo a todos, a los lectores, a los
periodistas, que donde quiera que yo estoy, ahí está mamá. Y donde haya una
gente de buena fe, donde lata un corazón desinteresado, donde haya una gente
que sienta amor por la humanidad, que sea enemigo de la violencia y de tanto
desastre, ahí estaré yo y conmigo mi madre.
¿Y la Banda ? Han hecho un acople genial
La Banda cumplirá el 19 de octubre 18 años (en 2014 llegará a
sus 21). Se dice fácil pero ha sido bien duro. Eso sí: para bien de la cultura,
para bien de la música popular bailable. El grupo tiene una trayectoria, que
cuando se haga un análisis bien profundo no solo contarán las giras
internacionales sino que en el ámbito nacional hemos calado bien hondo en los
cubanos.
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Esta
Banda ha enseñado al pueblo de Cuba a amanecer bailando. Y su canto patriótico
ha mantenido bien arriba
el ánimo de la gente. Hemos reafirmado lo mismo que dijera Almeida (Comandante
de la Revolución Juan
Almeida Bosque, figura histórica de la Revolución, ya fallecido): ¡Aquí no se rinde
nadie! Y lo constatamos cuando amanecemos en la Trocha, y tomo como punto
de referencia la Trocha,
porque sin lugar a dudas es el mayor medidor de un Carnaval en Cuba. Decir la Trocha, Santa Úrsula,
Martí... y tener allí bailando a miles y miles de personas hasta las siete, las
ocho, las nueve, las diez y hasta las 11 de la mañana reconforta a cualquier músico.
Ya
tenemos formalmente seis discos. La mayor parte los hice con la Tune Music; ahora estoy
grabando en mi casa, porque me he ido pertrechando de algunos medios que
facilitan el trabajo de un creador. Allá en Manzanillo tengo un estudio de
grabación. Mis dos últimos discos han sido grabados allí. La gente le dice
Fabremanía Récord, porque todo el que va a grabar allí es fabremaniático. Pero
también les grabo a muchas personas sin cobrarle nada.
Yo sé
lo que es tener necesidad de: que te puedan grabar y no poder asumirlo porque
económicamente no puedes respaldar esa acción. Entonces yo a todo el que llega
pidiendo ayuda se la doy y no me nace cobrarle nada. Simplemente, me lo pagan
la vida, Dios, y la tranquilidad de mi conciencia. Mi mayor éxito es que a la
gente le salga bien lo que fueron a hacer. Recuerdo que yo fui víctima en mis
primeros años de juventud, cuando quise grabar, cantar y no lo lograba. Cuando
lo conseguí, fui el hombre más feliz del mundo, por eso mi estudio es para
quien lo necesite y me pida ayuda.
Quiero
decir algo más sobre la Banda
y Cándido: Que nos busquen donde haga falta un cantor que desinteresadamente le
canta a esta Patria, a este pueblo; que le canta a la Revolución y va seguir
cantando y dándolo todo por la música y la cultura cubanas.
La Banda va a estar eternamente en la vanguardia, con un sitio
especial para Omar Pupo, pianista y director musical, con quien hago los
arreglos. Esa es nuestra convicción: ser fiel defensor de la imagen de este
pueblo y de este país que quizás materialmente no tenga mucho pero tiene la
mayor riqueza de todas: la vergüenza, la dignidad que nos han enseñado hombres
como Fidel, Raúl, Almeida, Ramiro Valdés, Guillermo García; admiramos el
ejemplo de trabajador infatigable de Lázaro Expósito (miembro del Comité
Central del Partido Comunista de Cuba y Primer Secretario en la provincia de
Santiago de Cuba), quien tanto nos apoya.
Artísticamente ¿te sientes tranquilo?
La Banda se ha ganado un lugar en la preferencia del pueblo, y
ese aval no tiene precio.
¿Qué admira más Cándido Fabré en el hombre?
La
dignidad, la transparencia; la honestidad está por encima de todo. Entonces te
haces creíble. Tener una sola bandera, un solo camino hace que la gente te
quiera y te respete.
¿Qué rechaza Cándido Fabré?
La
traición, la mentira. Tenemos que vivir con la verdad en la mano, aunque sea
dura. Y expresarla. No se puede temer al diálogo, al análisis; hay que
discutir, porque el que lo hace es porque algo busca que no ha encontrado. Y
eso no quiere decir que tengas la razón y ya, pero sí tienes la intención de
encontrar un desenlace para el bien de todos en el que prevalezca la verdad.
Sin dudar un instante ¿cómo te dicen tu
familia y tus amigos?
Bueno...
pa'mi gente: los de verdad, los de siempre, soy Biringo. He estado en
escenarios en Cuba o en el extranjero, y entre canciones me han gritado
¡Biringo! Y es como un resorte familiar. Si a partir de ahora no me gritan
Cándido ni Fabré sino Biringo, pues me remontarán a mis inicios, al barrio, y
no me molestaré. Al contrario será como un homenaje, como un reconocimiento
auténtico.
Más temprano que tarde... Vaya: ahorita
mismo estarás haciendo una canción inspirada en Biringo.
Puede
ser. Sí, ¿por qué no?
No estás en ningún hotel ni de Santiago de
Cuba ni Palma Soriano. Estás aquí, en el barrio.
He
estado en magníficos hoteles en el extranjero; aquí en Cuba, también. Ni
grandes hoteles ni carros lujosos hacen al artista. En mi caso, si vengo a
cantar a San Luis sería una traición irme para un hotel. No sería digno de mí.
Me quedo aquí, compartiendo con la gente del barrio. Cuando bajo del escenario,
no importa el tiempo que haya estado cantando, converso durante horas lo mismo
con un niño, una chica, un hombre, un borracho... a nadie le doy la espalda.
Todo el mundo tiene el mismo
derecho de ser atendido. Soy así: natural, como la gente me quiere.
Vaya, te doy la posibilidad de que termines
tú mismo la entrevista.
Al
pueblo santiaguero... decirle que vamos a seguir adelante con dignidad. Tenemos
millones de razones por las cuales luchar; que me enorgullece representar a Cuba, y más aún saber que
esta es mi tierra, esta es mi gente. Que donde quiera que llego digo con
orgullo:
Soy
sanluisero, soy santiaguero/ y por eso estoy aquí/ Un saludo a este pueblo
santiaguero/ que sé que nunca me falla/ En nombre de este sonero/ que nunca
nada calla/ Un hombre de mil batallas/ valiente como Maceo/ Y en este precioso
instante/ lo repito con esmero/ Para ti muy elegante/ digo que soy santiaguero/
Santiago como te quiero/ nunca te voy a fallar/ Y no te voy a negar/ que lo mío
no es de archivo/ Pero tengo que expresar/ que Santiago, sin ti no vivo/
Y aunque me pongan bloqueo/ sigo pa'lante y pa'lante/ Y como soy triunfante/ y
siempre lo voy a ser/ Grito ¡que Viva Fidel/ ese invicto Comandante!
FABRÉ EN SÍNTESIS
Cándido
Fabré con solo 18 años integra el Combo Samurai, en San Luis. Estrena sus
primeras composiciones. Más tarde, al maestro Wilfredo (Pachi) Naranjo le atrae
la voz ronca y la manera de improvisar del intérprete, quien en 1983 se
incorpora como vocalista a la Orquesta Original de manzanillo, con la que grabó
10 CD e innumerables éxitos.
Fabré
ha actuado en diferentes países: la antigua Unión Soviética, Alemania, Suiza,
Italia, Finlandia, Portugal, Colombia, Francia, México, Canadá, Guadalupe,
Nicaragua, Estados Unidos... En 1990, en Colombia y con la Original , ganó el premio
"Caracol del Caribe", que repite en 1993 pero ya con su Banda. Su
música es interpretada, entre otros, por Oscar de León, José Alberto El
Canario, El Gran Combo de Puerto Rico, la Aragón , los Van Van, El Charangón de Elito Revé,
Pedrito Calvo y la Justicia
, Isaac Delgado, Manguaré, Jóvenes Clásicos del Son, Yumurí y sus hermanos,
Adalberto Álvarez, Manolito Simonet... Posee la Réplica del Machete del
Generalísimo Máximo Gómez Báez, que entrega el Ministerio de las Fuerzas
Armadas Revolucionarias (MINFAR). Ha participado en Tribunas Abiertas, en la Tribuna Antiimperialista,
y en diversas Plazas de la
Revolución del país. Ha recibido: Medalla por la Cultura Nacional
, Medalla Alejo Carpentier. Premio Abril, de la UJC Nacional ;
Réplica del Bastón y Sombrero de Benny Moré otorgados por el ICRT (primer
artista en recibirlo), Vanguardia Nacional por varios años; Premio del Barrio,
otorgado por los CDR; Medalla Mártires de Barbados, por ser defensor del deporte
cubano; Hijo Adoptivo de las ciudades de Camaguey y Ciego de Ávila,
Reconocimiento del Buró Nacional de la
UJC por su aporte, Distinción del Esfuerzo La victoria, en
Granma; Nominado al Premio de la
Música '2001; Medalla Raúl Gómez García.